La lucha contra la pandemia del coronavirus se suele comparar con una guerra. Nos enfrentamos a un desafío titánico. Pero para triunfar en el frente, es mejor estar alerta, entrenados y bien descansados, no llegar exhaustos. Nuestro sistema de atención médica occidental ha sufrido oleadas de recortes presupuestarios y privatizaciones durante décadas. Nuestra economía ya estaba renqueante antes de recibir el duro golpe de esta crisis imprevista. Después de la de 2008, debemos sacar conclusiones reales de esta crisis del coronavirus y lograr un cambio radical de sistema. Nuestra salud, nuestro futuro social y el clima están en juego.