¿Qué representa el "socialismo de gestión" del PS?
"Manifestándose megáfono en mano no se consigue el aumento de las pensiones más bajas", declaraba Pierre-Yves Dermagne, el Viceprimer Ministro del Partido Socialista (PS), en el periódico financiero De Tijd el 14 de noviembre. Es el líder del gobierno del principal partido de izquierda de la coalición Vivaldi (que incluye a 4 importantes familias políticas, como las 4 estaciones : liberales, socialdemócratas, democristianos y verdes, NdT). Esta declaración revela, como el resto de su entrevista, tanto la evolución del PS belga como su diferencia fundamental con un partido marxista como el PTB.
Los logros del mundo del trabajo, una historia de correlacciones de fuerza
Esta declaración da la espalda a la historia del movimiento obrero en nuestro país. Todo lo que se ha logrado en este país, lo hizo apoyándose en sus propias fuerzas: organizandose, actuando y desarrollando correlacciones de fuerza. El derecho de organización, el derecho a la huelga, el derecho al sufragio universal, las vacaciones pagadas, la jornada de ocho horas y la semana de cuarenta horas, la seguridad social... todos estos avances se lograron mediante la lucha social, a menudo a través de largos y duros conflictos. Con portavoces, y megáfonos. "Los cambios sociales y políticos más profundos han tenido lugar esencialmente bajo la presión de una opinión pública determinada, y no a través del funcionamiento de las elecciones y el parlamento", escribe Gita Deneckere, profesora de historia de la Universidad de Gante. Así que es bueno que tengamos esta historia social y que el movimiento obrero de nuestro país no se resigne a los cantos de sirena de la pasividad.
Es por lo tanto gracias a la calle, a costa de un gran esfuerzo y a veces incluso de vidas humanas, como se han logrado las grandes victorias de la izquierda. Recientemente, gracias a las manifestaciones del movimiento sindical el proyecto de pensiones por puntos del gobierno anterior de Charles Michel, destinado a prolongar la vida laboral, fue enterrado. Gracias a la lucha de las batas blancas, la primera parte del Fondo de las batas blancas (400 millones de euros) logró materializarse a iniciativa de los diputados del PTB. Gracias a la lucha llevada a cabo por los sindicatos y la izquierda auténtica durante años, todos los demás partidos se han visto obligados a poner en la agenda política la demanda de una pensión mínima de 1.500 euros netos (aunque, por el momento, es en gran medida un cajón vacío en el acuerdo gubernamental).
No hay que ser revolucionario para saber que mientras la derecha tiene el poder del dinero de su lado, la izquierda sólo puede actuar realmente si tiene el poder de la calle. Es evidente que los dirigentes del PS ya ni siquiera creen en sus propios estatutos, en cuyo primer punto se establece que el PS es un partido "cuyo objetivo es organizar la lucha de clases". (1) Al cuestionar el megáfono, Pierre-Yves Dermagne quiere retirar una herramienta esencial de las conquistas de la izquierda y, de lograrlo, preparar nuevas renuncias.
¿Gestionar el capitalismo o luchar por otra sociedad?
Pierre-Yves Dermagne también reivindica con orgullo la etiqueta de "socialista-gerente". Explica, por ejemplo, que usará la crisis del Coronavirus para romper el tabú... del teletrabajo.
Para él no es preciso acabar con el tabú del impuesto a los multimillonarios y las multinacionales que siguen enriqueciéndose aprovechando la crisis. Dermagne defiende el impuesto placebo sobre las cuentas de valores, olvidando que será simbólica (400 millones prometidos de los 500.000 millones que poseen las grandes fortunas). También olvida que es una réplica de un impuesto similar del gobierno a la sueca (nombre dado al anterior gobierno formado por los partidos liberales y la N-VA, el partido nacionalista flamenco, Ed.) y sobre todo que, por sus características, no afectará a las familias de multimillonarios como los De Spoelberch, los Colruyt y otros Frère. Como Ministro de Trabajo, tampoco levanta el tabú de los aumentos salariales bloqueados por la ley restrictiva de 1996, ni la necesidad de obtener un salario mínimo de 14 euros por hora para todos aquellos héroes coronavirus mal pagados (trabajadores de almacén, ayudantes del hogar...), de quienes en esta crisis pudimos ver cuán esenciales son. Tampoco dice nada sobre el tabú de las jubilaciones, cuyas sucesivas reformas por parte de los gobiernos de Di Rupo (PS ) y Michel (MR, Partido Liberal) han hecho retroceder la edad efectiva de jubilación de muchos héroes del coronavirus, desde las enfermeras hasta los conductores. Una lucha que fue abandonada definitivamente por el presidente del PS Paul Magnette cuando declaró que el regreso de la edad de jubilación a los 65 años era "un mal lema de campaña". (RTBF, Le Grand Oral, 3/10/20)
No estamos hablando de compromisos, como los que pueden lograr los sindicalistas después de una huelga. Estamos hablando de aceptar el marco global de partida y autonombrarse como el mejor gestor de un sistema en crisis.
En realidad, Pierre-Yves Dermagne, como otros líderes del Partido Socialista, reproduce los mismos mecanismos de sus predecesores que se dejaron arrastrar por los compromisos del "socialismo gerencial", el pragmatismo de la vida cotidiana. Este social-liberalismo ha hecho mucho daño en Europa durante las últimas décadas, privatizando los servicios públicos, comercializando la atención sanitaria, permitiendo que las multinacionales contaminantes destruyan el planeta, practicando la austeridad hasta el punto de expulsar a los desempleados.
La izquierda necesita un camino completamente diferente si quiere luchar contra el neoliberalismo de Macron y Merkel y la nueva extrema derecha de Le Pen, Trump, Salvini y Van Grieken, el presidente del partido fascista VB. Y conseguir triunfos mañana.
Si no es posible obtener un progreso social sin una correlacción de fuerzas sobre el terreno, no es posible hacer avanzar a la izquierda sin tener como brújula, como meta, un profundo cambio de sistema, que acabará con esta sociedad capitalista al servicio de los más ricos, de las finanzas y de las multinacionales, sin tener la perspectiva de lo que llamamos, con la auténtica izquierda, socialismo 2.0.
Este es el corazón del debate de la izquierda hoy: ¿acompañar y gestionar el capitalismo o cuestionar los fundamentos del sistema? Nosotros escogemos la segunda opción. Y para ello llamamos a trabajar con todos aquellos que quieren dar al socialismo su verdadero significado: el de una sociedad en la que las necesidades de la gente y la naturaleza se antepongan al beneficio de una pequeña minoría.
(1) https://www.ps.be/Contenido/Subidas/ESTATUTOS%20PS.pdf