Un cálido otoño social para el gobierno flamenco
Huelga en el transporte público, acciones del sector cultural y del VRT (nota del editor: canal público flamenco)... La política de austeridad del gobierno flamenco de Jan Jambon (N-VA, nacionalista de derecha) y su intento de alinear las artes y la cultura no son aceptadas. Y la resistencia está en marcha.
De Lijn: por la defensa de un transporte público de calidad
El miércoles 13 de noviembre, los trabajadores de De Lijn, la empresa flamenca de transporte público regional, se declararon en huelga por la convocatoria de la CGSP (Unión Socialista de Servicios Públicos). Los conductores de los distintos sindicatos participaron en esta huelga muy concurrida. La causa: los daños causados por años de austeridad en el servicio público por parte de los sucesivos gobiernos en las condiciones de trabajo. "No pedimos la luna, ni siquiera más pago, sino simplemente poder hacer nuestro trabajo en condiciones agradables", dice un conductor y delegado sindical.
Esta austeridad permanente conduce a una falta de personal que impide que los conductores conozcan sus horarios con antelación, que se tomen las vacaciones adecuadamente y que impone un estrés insostenible al personal. Jos D'Haese, líder del grupo PTB-PVDA en el Parlamento Flamenco, visitó los piquetes: "Tienen razón. Cualquiera que tome el autobús o el tranvía sabe que la austeridad destruye a De Lijn. Es hora de invertir en un buen transporte público.”
"Respeto por estos trabajadores de De Lijn, que ahora luchan por un buen transporte público para todos nosotros", continúa. La ministra Lydia Peeters quiere socavar este derecho mediante la introducción de un servicio mínimo. “Pero la oferta actual ya es un servicio mínimo”, dice Jos D’Haese. “Ayer mismo, tuve que esperar un autobús que no pasó. Esta huelga tiene precisamente por objeto poder ofrecer el máximo servicio a los usuarios, con buenas condiciones de trabajo para los conductores.” El diputado también denuncia el verdadero propósito de esta estrategia de ruptura del servicio público: la privatización.
Artistas contra una cultura por y para el dinero y el nacionalismo
En vísperas de la huelga en De Lijn, 2000 personas del mundo cultural y artístico se reunieron en el Beursschouwburg (centro cultural flamenco en Bruselas). Actores, directores, músicos, técnicos, periodistas... escucharon y apoyaron el llamamiento a la solidaridad entre las artes y el sector social.
La velada se convocó tras el anuncio de Jan Jambon, que también es Ministro de Cultura de su Gobierno, de recortar las subvenciones para proyectos artísticos en un 60%. Esto representa un peligro de desaparición para muchos artistas e instituciones, especialmente para aquellos que desarrollan un arte crítico e innovador. Las Casas de la Cultura deberán reducir el número de producciones, despedir o ahorrar en los costes de personal y en las relaciones con el público.
Por otro lado, el gobierno de Jambon quiere promover su famoso ‘canon flamenco’. El aspecto ideológico de este ataque es claro, y su objetivo es poner a prueba un sector cultural y artístico que no está lo suficientemente alineado con la ideología nacionalista de la N-VA.
Por otra parte, el gobierno flamenco sigue gastando más dinero público, entre otras cosas, en la Fundación Phoebus, la extremadamente rica fundación que gestiona la colección privada de arte del multimillonario Fernand Huts, cerca de la N-VA.
Por lo tanto, se hizo un llamamiento para que se adoptaran medidas, a partir del 14 de noviembre en el Parlamento flamenco, pero también a principios de diciembre, para que coincidieran con la fecha elegida por los sindicatos del VRT para celebrar un día de acción.
El VRT no quiere ser una herramienta de propaganda
El gobierno flamenco de Jan Jambon ha lanzado una ofensiva contra el VRT, el operador audiovisual público. Con un total de 44 millones de euros en recortes presupuestarios y un deseo de controlar los contenidos que parece indicar que quiere silenciar las voces críticas y utilizar el servicio público para promover la ideología nacionalista.
"Hubo dos cosas que realmente nos impactaron", dice Carlos Van Hoeymissen de la ACV (sindicato cristiano) Transcom VRT. “En primer lugar, es el tamaño de los ahorros, que ascendieron a 44 millones. Esto es un golpe enorme, que afecta al VRT y al personal aún más que los ahorros de años anteriores. En segundo lugar, es el control del contenido, mientras que el contrato de gestión garantiza nuestra independencia. El 5 de diciembre, por lo tanto, emprenderemos una acción positiva, una procesión por el VRT, por su independencia y por una financiación suficiente. También queremos mostrar de forma positiva todo lo que el VRT logra y lo que significa para la sociedad. De esta manera, queremos unir a la gente.”
Michelle Graus, Presidenta del CGSP (sindicato socialista) VRT: "Queremos dejar claro al gobierno flamenco que no sólo se trata de la gestión del VRT, sino también de las 2.000 personas que trabajan allí y de toda la comunidad. En una conferencia de los sindicatos europeos de medios de comunicación, los colegas de Hungría y Polonia nos advirtieron que los hitos que está marcando el Gobierno flamenco pueden conducir a un Estado o a una cadena de propaganda.”
La acción del 5 de diciembre prevista por el VRT ya ha inspirado al sector cultural, que tiene la intención de sumarse a la movilización, aún podría reunir a otros sectores de la sociedad civil flamenca y a los trabajadores que no quieren el austero cóctel nacionalista de Jambon & Co.
El PTB apoya este llamado y estará presente.