¿Quién era Patrice Lumumba?
Lumumba es un símbolo de la lucha del pueblo congoleño por la independencia. En África, se le sitúa al mismo nivel que todos los grandes líderes de la lucha contra el colonialismo. ¿Pero quién era Patrice Lumumba y por qué es tan importante mantener viva su memoria?
Nacido en 1925, Patrice Lumumba comenzó su carrera como asalariado y luego se hizo periodista. Es lo que el colonizador llamaba un "evolucionado", es decir, un congoleño que había adoptado los "costumbres blancas".
En 1956, escribió el libro "El Congo, tierra de porvenir, ¿Está amenazado?" Ahí encontramos una cita de Balduino, por entonces Rey de Bélgica: "Los belgas y los congoleños son todos ciudadanos, como los valones y los flamencos, y deben convivir en un ambiente de abierta fraternidad." Cuatro años más tarde, bajo la influencia de otros dirigentes africanos y en respuesta a la manifiesta reticencia de la autoridad colonial belga a reconocer la soberanía del pueblo congoleño, Patrice Lumumba se rindió ante la evidencia: En un régimen colonial, la igualdad entre congoleños y belgas es un señuelo. Así pues, pasó a convertirse en un ferviente defensor de la independencia del Congo.
En realidad, la colonización es todo lo contrario de lo que decía Balduino. En los años 50, en el Congo, el salario medio de un trabajador blanco era cincuenta veces superior al de un trabajador congoleño. Entre 1885 y 1960, la élite financiera belga había despojado al Congo de sus recursos naturales, dándole muy poco a cambio. En el momento de la independencia, el país apenas contaba con 16 universitarios congoleños y se quedó con una infraestructura ampliamente orientada hacia la exportación.
El colonialismo firma su sentencia de muerte
También en los años 50, un movimiento de emancipación anticolonial se extendía por las colonias de África, Asia y América Latina. En 1954, los comunistas vietnamitas se enfrentaron al ejército francés. Entre 1954 y 1962, el pueblo argelino llevó a cabo una lucha de liberación, agotadora para el colono francés y que se saldó con la victoria argelina. El 1 de enero de 1959, los cubanos echaron al dictador Batista que dirigía su país en favor de los Estados Unidos. Después de la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética aumentó su prestigio y apoyó en todas partes las luchas por la descolonización.
Tras 80 años de ocupación, la resistencia se puso en marcha también en el Congo bajo la influencia de las luchas anticoloniales de otras partes del mundo. El 4 de enero de 1959, miles de congoleños salieron a las calles de Leopoldville (hoy Kinshasa) para exigir la independencia de su país. La manifestación fue todo un éxito pero acabó en un baño de sangre. Esta represión fue ordenada por el gobierno belga. Las fuerzas del orden desataron una carnicería durante dos días, matando a 300 manifestantes. El sistema colonial firmaba así su sentencia de muerte. Las novedades se difundieron por todo el país. En todas partes, la población congoleña boicoteaba a la administración colonial y se negaba a pagar sus impuestos. El año 1959 se verá marcado por la revuelta.
En este contexto, la potencia colonial belga anunció en 1960 la celebración de las primeras elecciones nacionales del Congo. Debían organizarse ya en mayo y preparar el camino para la independencia. Mediante la organización de unas elecciones tan repentinas, el gobierno católico-liberal de Gastón Eyskens esperaba que saliesen elegidos principalmente aquellos políticos que eran dóciles y leales a la autoridad colonial. ¿Cuál era el plan del poder belga? Conservar el control en la práctica, escondiéndose tras la fachada de la independencia. Pero sucedió todo lo contrario: la alianza de partidos en torno a Lumumba ganó 71 de los 137 escaños, lo que le otorgaba la mayoría en el parlamento. En el Senado, a su alianza le faltaron dos escaños para la mayoría porque 23 de los 84 senadores no fueron elegidos mediante sufragio directo. Se trataba de los jefes locales quienes generalmente cooperaban con la autoridad colonial.
Patrice Lumumba se vio obligado a formar una coalición. Su rival, Joseph Kasa-Vubu, apoyado por el gobierno belga, se convirtió en presidente. Lumumba asumió el cargo de Primer Ministro. El día de la independencia, el 30 de junio de 1960, el rey Balduino pronunció un discurso en el que elogió la "gran obra" iniciada por su bisabuelo Leopoldo II, el "civilizador". Lumumba respondió con un histórico discurso en el que expresaba los sentimientos del pueblo congoleño. Describió el régimen colonial como una "esclavitud humillante" y recordó el racismo y la brutal represión de todo tipo de resistencia.
Lumumba destituido
La idea de un gobierno congoleño realmente independiente era intolerable para los grupos capitalistas belgas. En una nota confidencial de la Mesa Redonda Económica, que reunía a los principales responsables políticos y económicos de Bélgica, se puede leer: "Una vez que el Congo obtenga la independencia, se verá obligado a pedirnos ayuda económica. Esto nos coloca en una situación de ventaja en la negociación, tanto en términos financieros como personales." Se trata, por tanto, de defender los intereses de los grupos capitalistas belgas.
Apenas diez días después de la independencia, el gobierno de Lumumba tuvo que hacer frente a un ataque de 10.000 soldados belgas en la ciudad portuaria de Matadi, después de que el general belga Janssens hubiera provocado disturbios en la capital. El 11 de julio, la rica provincia de Katanga se escindió, con el apoyo militar belga y bajo el impulso de la Union Minera (hoy Umicore), una multinacional belga afincada en Katanga.
Al cabo de dos meses de resistencia contra esta guerra de reconquista belga, el presidente Kasa-Vubu, empujado por sus consejeros belgas, destituyó al Primer Ministro Lumumba que se oponía a esta decisión. Acto seguido, el coronel Mobutu derrocó al Presidente para reemplazarlo por un órgano de comisarios. Mobutu, con la ayuda de los Estados Unidos y Bélgica, eliminó todo el movimiento lumumbista por la vía militar y, cinco años más tarde, instauró una dictadura que duraría 30 años.
El apoyo a Mobutu permitió a los Estados Unidos establecer una fuerte presencia en el África central. Esta posición favorable les sirvió durante la Guerra Fría para combatir los movimientos de liberación de izquierdas en el sur de África y, en particular, en Angola y Rodesia (actualmente dividida en Zambia y Zimbabwe). Durante los treinta años que duró la dictadura de Mobutu, los Estados Unidos consiguieron reducir al olvido el papel que había jugado Bélgica como verdadero amo neocolonial del país. Sin embargo, el Primer Ministro belga demócrata-cristiano Wilfried Martens, afirmaba en marzo de 1981: "Amo a este país, a su gente y a sus dirigentes."
Traición y asesinato
Lumumba fue puesto bajo arresto domiciliario y huyó el 27 de noviembre de 1960 a Stanleyville (hoy Kisangani), 2.300 kilómetros tierra adentro. Ahí estaban los miembros del ejército nacional, de los que más de la mitad habían permanecido leales al gobierno central, así como la mayoría de los partidarios del depuesto Primer Ministro. En el camino, fue detenido por los soldados de Mobutu.
Ante la insistencia de los asesores belgas y americanos, Mobutu decidió entregar a Lumumba a los dirigentes de la provincia secesionista de Katanga para ser ejecutado. Así pues, Patrice Lumumba fue asesinado el 17 de enero de 1961, en presencia de oficiales belgas. La implicación de funcionarios belgas, hasta el más alto nivel, fue confirmada por una comisión de investigación parlamentaria belga en el año 2000. Sin embargo, en sus conclusiones, la comisión evitaba señalar a los responsables directos, sino que hacía referencia más bien a una vaga "responsabilidad moral del Estado belga". Sin embargo, la investigación acerca del asesinato de Patrice Lumumba revela muchos nombres muy conocidos, concretamente de los mismos círculos reaccionarios que diez años antes, habían ordenado el asesinato del comunista belga Julien Lahaut: Pierre Wigny, Albert De Vleeschauwer y André Moyen.
Patrice Emery Lumumba y su ideal de un Congo fuerte, independiente y próspero siguen siendo una importante fuente de inspiración hoy en día. No sólo para los propios congoleños, sino para todos aquellos que consideran el derecho a la independencia de todos los pueblos como un derecho humano.
Extractos del discurso de Patrice Lumumba del 30 de junio de 1960:
"Hombres y mujeres del Congo, Victoriosos luchadores de la independencia, Los saludo en nombre del gobierno congolés. (…)
Estamos profundamente orgullosos de nuestra lucha por la independencia, porque era justa y noble e indispensable para poner fin a la humillante esclavitud que nos fue impuesta. (...) Mañana, tarde y noche éramos sometidos a burlas, insultos y golpes porque éramos "Negros". (...) ¿Quién podrá olvidar los tiroteos que mataron a tantos de nuestros hermanos, o las celdas en las que eran arrojados sin piedad aquéllos que no estaban dispuestos a someterse por más tiempo al régimen de injusticia, opresión y explotación usado por los colonialistas como herramienta de su dominación? (...) Juntos estableceremos justicia social y aseguraremos para cada hombre una remuneración justa por su trabajo."