“No a Trump, no a la guerra, y sí al socialismo” Sobre la clase trabajadora y la militarización de Europa.
Peter Mertens, La Habana 31 de enero de 2025, 6ª Conferencia Internacional por el Equilibrio Mundial.
A continuación figura el texto íntegro de su discurso.
CONTENIDO
1. Los mayoristas del miedo
2. El mundo se inclina
3. La Unión Europea nunca fue una fuerza de paz
4. Geoestrategia y economía de guerra
5. Guerra contra la clase trabajadora
6. Con cada paso, la Unión Europea se hunde más en el pantano
7. Movilizarse contra el militarismo y el chauvinismo
8. Socialismo en lugar de guerra
1. Los mayoristas del miedo
“Entre los jóvenes, el temor por la guerra ha aumentado enormemente.” Onno, vicepresidente del movimiento juvenil RedFox no está tranquilo. “En TikTok se puede encontrar una avalancha de videos sobre ‘cómo prepararse para la guerra’, dice. ‘La guerra se acerca’, ‘ya estamos en guerra’, ‘prepárate’; todo estos mensajes causan una gran impresión.”
Lise tiene el mismo sentimiento. Ella es doctora en Medicina para el Pueblo en Hoboken (Amberes). “Escucho de personas del sector de ayuda familiar que todos sus pacientes están preparando una reserva de comida y bebida en caso de guerra.”, cuenta Lise.
Camille, que trabaja como secretaria sindical, se reunió recientemente con sindicalistas en Alemania durante la Conferencia Rosa Luxemburgo. “He escuchado a personas preocupadas con las propuestas para obligar a los desempleados a unirse al ejército, con el aumento de la publicidad del ejército en bolsas de pan, con las visitas de soldados a las escuelas, y con el número de empresas que se están transformando para la producción militar. Va rápido, allí en Alemania”, dice ella.
Una cosa es segura: en Europa los mayoristas del miedo se están entrometiendo. Y tienen vía libre en la televisión. El miedo vende, y nada es tan bueno para los fabricantes de cañones como el miedo. El miedo a la guerra se utiliza como palanca para hacer pasar gigantescos presupuestos de guerra, a la vez que el desmantelamiento de la seguridad social, el cuidado y las pensiones.
La juventud no quiere guerra, las enfermeras no quieren guerra, los trabajadores no quieren guerra. Sin embargo, estos días, sólo escuchan el discurso de personas como Mark Rutte, ecretario general de la OTAN, inculcando día sí y otro también que que la guerra quizá sea inevitable, y que lo mejor que puede hacer Europa es prepararse. Bueno, no es una fatalidad inevitable que esa guerra se avecine. Pero la la tarea que tenemos delante es la de hacer todo lo posible para mantener la paz, en lugar de echar más leña a un fuego ya sobrecalentado.
2. El mundo se inclina
Todo el mundo los ha visto en la primera fila, durante la toma de posesión de la Presidencia de Trump. Un multimillonario al lado del otro. Es una oligarquía, acaban de comprar un gobierno, y están orgullosos de ello. Se presentan como la encarnación de la historia misma. "Fui salvado por Dios para hacer a Estados Unidos grande de nuevo", dijo Donald Trump. Mientras, Elon Musk vende su misión a Marte como la salvación de la humanidad.
De vuelta a la Tierra, son sobretodo los multimillonarios los que pueden contar con la redención. Nueve de ellos han recibido puestos en el gabinete de Trump. Nueve multimillonarios. Uno de esos hombres, ya que son casi todos hombres, será el nuevo ministro de Finanzas. Su nombre es Scott Bessent, director ejecuctivo de un fondo especulativo. Lo primero que va a hacer, dice él mismo, es continuar la serie de medidas fiscales lanzadas ya anteriormente y que son un regalo para los millonarios. Esas medidas fueron introducidas en diciembre de 2017, bajo Trump e iban a expirar este año. Bessent les dará continuidad, premiando a sus amigos multimillonarios y a sí mismo con un enorme regalo.Sin ningú tipo de escrúpulos. Estamos frente a un capitalismo carroñero sin escrúpulos.
Esa misma actitud también se ve en el ámbito internacional. En el gabinete de Trump ves a algunas figuras que ven el mundo como un conjunto de recursos que realmente pertenecen a los Estados Unidos. Debido a algún tipo de destino divino, 'a manifest destiny'.
"Panamá es nuestro", "Canadá es nuestro", "el golfo de México es nuestro", "Venezuela es nuestra", "Cuba es nuestra", "Groenlandia es nuestra", un lenguaje de cowboys. Imperialismo sin escrúpulos.
Nosotros decimos: ¡manos fuera de Panamá, manos fuera de México, manos fuera de Venezuela, manos fuera de Canadá, manos fuera de Groenlandia, manos fuera de Cuba!
Trump es un espasmo del pasado. Trump es también un síntoma de una gran potencia que no está dispuesta a renunciar fácilmente a su hegemonía.
¿Qué está pasando? Después de quinientos años de dominación occidental, que tuvo su origen en el saqueo y la esclavitud, el centro de gravedad económico de nuestro tiempo se está desplazando hacia Asia. Eso es lo que está pasando. Y está sucediendo en sacudidas. Las placas tectónicas de esta tierra se deslizan, y en la escala de Richter esas sacudidas son mayores de lo que hemos conocido en las últimas tres décadas. ‘El mundo se inclina’, ese es el subtítulo de mi libro ‘Motín’, y ese proceso está en marcha.
Nunca en su historia reciente de superpotencia los Estados Unidos han conocido un ‘adversario’ mayor que China hoy. LaChina de hoy tanto tecnológica y económicamente es mucho más fuerte de lo que la Unión Soviética alguna vez fue capaz, y eso es bastante impresionante si se considera el poco tiempo que ha necesitado China para lograr eso..
Por supuesto, los Estados Unidos siguen siendo la mayor potencia militar y financiera del mundo, y –según los cálculos– la mayor o segunda mayor potencia económica del mundo. Washington lucha por todos los medios posibles para mantener su poder, y quiere arrastrar al mundo entero a una lógica de guerra fría contra Pekín y contra todos los países que quieran seguir su propio rumbo de manera autónoma.
En ese contexto, la Unión Europea lucha por su supervivencia. Tanto económicamente, como democráticamente y políticamente. El cambio a una economía militar agudiza todas las tensiones dentro del viejo continente. Tensiones entre los estados miembros, y tensiones dentro de los propios estados miembros cuya ciudadanía ya no tolera el alza del coste de vida, la falta de democracia y de perspectivas.
3. La Unión Europea nunca fue una potencia de paz
Desde su fundación, la Unión Europea ha tratado de presentarse como una fuerza de paz, pero ese es un traje que no le queda bien.
Hasta el siglo 15o, Europa no es más que una provincia en el mundo, una provincia que en términos de desarrollo no está mucho más avanzada que otros continentes. El asunto solo cambia cuando las potencias europeas pasan a un imperio mundial colonial basado en el comercio de esclavos y el saqueo de otros continentes. La acumulación primitiva que el capital en Europa necesitó para poner el capitalismo en marcha en el mundo surgió a costa de un mar de sangre en el resto del mundo.
Hasta finales del siglo 19, los británicos son la mayor potencia imperialista. Otras potencias imperialistas, como Francia, Alemania, Japón, Bélgica, Países Bajos y Portugal, a menudo se enfrentan entre sí, pero finalmente deciden en la Conferencia Colonial de Berlín (1884-1886) de dividir África entre ellos, como si se tratara de un trozo de pastel que les corresponde.
A principios del siglo 20, Alemania también se desarrolla lenta pero seguramente como una gran potencia. Pero Alemania, a diferencia de sus rivales, prácticamente no tiene colonias. Eso es un gran inconveniente para la élite alemana que necesita colonias como mercado para sus productos terminados, por un lado, y como proveedor de materias primas baratas, por otro. La redistribución del mundo y la caza de colonias constituyen la base económica de la Primera Guerra Mundial.
Después de esa Primera Guerra Mundial, crece especialmente en Alemania la demanda de crear un mercado interno europeo más grande. El conde Coudenhove-Kalegri es el primero en proponer la transformación de Alemania en una gran Europa alemana. En 1923 lanza su ‘concepto paneuropeo’. Eso no es en absoluto un proyecto de paz, sino un proyecto imperialista a medida de Berlín, con una Europa que se extendería desde Petsamo en Finlandia hasta Katanga en el Congo. Una gran Europa alemana, con un gran imperio colonial. El conde no logra su objetivo, y finalmente Hitler intenta conquistar el continente con violencia y barbarie para su propia versión de la 'Nueva Europa', una 'Neuropa'. Sesenta millones de muertos después, fracasó también el proyecto fascista.
Las naciones de Europa, recién escapadas de la prisión de los nazis, no tienen la intención de renunciar inmediatamente a su independencia recuperada en pos de una nueva aventura europea. El impulso decisivo para la unificación europea viene de otro lugar. En particular de Washington. En Bretton Woods, uno de los eventos económicos clave del siglo veinte, los Estados Unidos determinan que el comercio mundial a partir de ahora se realizará en dólares. Los estadounidenses quieren un mercado europeo de capitales y bienes completamente abierto para ellos. "Viva Europa", grita Washington, y a través del Plan Marshall resuelven su propia crisis de exportación y atan a Europa al capital estadounidense.1
Es Washington quien impone las condiciones bajo las cuales se organiza el regreso de Alemania a la economía mundial. Entonces los Estados Unidos consideraron que Alemania no podía ser demasiado débil, ya que de lo contrario podría caer presa de los comunistas. Alemania debe poder exportar nuevamente carbón y acero de la región del Ruhr, y con ese fin se establece en 1951 la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA).
La integración de los estados europeos no se basa en la prevención de la guerra. Desde el principio se trata de un proyecto bajo las alas del Pentágono, dentro del marco de una estrategia militar contra la Unión Soviética. Los estadounidenses quieren hacer operativo nuevamente al ejército alemán, aunque con material estadounidense, y dentro del marco de la OTAN. La intención fue recuperar control a largo plazo de la zona de influencia soviética.
Para los franceses, británicos, holandeses y belgas es difícil de asimilar que Washington esté ocupado en volver a poner a los alemanes un uniforme militar. Pero en aquella época los estados europeos tuvieron que resignarse a un papel secundario como socio menor de los Estados Unidos. Con los acuerdos de Bretton Woods (en 1944) el dólar se convierte en la moneda mundial, en Indochina el colonialismo francés sufre una gran derrota (en 1954), y en el canal de Suez los británicos y franceses son humillados (en 1956).
Desde el principio, la idea de la unificación europea es un pensamiento colonial. Cuatro de los seis miembros fundadores de la Comunidad Económica Europea (CEE), incluyendo Francia y Bélgica, todavía son estados coloniales, y en el Tratado de Roma de 1957 no se puede leer ningún párrafo sobre la descolonización. Por el contrario, según el mapa de la CEE de entonces, la mayoría del territorio europeo se encuentra en... África.
Sí, el presidente ghanés Kwame Nkrumah tenía razón cuando dijo: “El neocolonialismo del período francés ahora se fusiona con el neocolonialismo colectivo del Mercado Común Europeo”.2
Ya sea que las ambiciones coloniales o neocoloniales de las potencias europeas se presentan como ‘misiones civilizadoras’, ‘misiones civiles’, o ‘misiones geopolíticas’, la esencia nunca ha cambiado: antiguos estados imperialistas que buscan una nueva forma de preservar su antigua gloria. De 1957 hasta ahora, la “Europa de la paz” ha librado guerras desde el Congo de Lumumba hasta el genocidio en Ruanda, desde Libia hasta las numerosas intervenciones en la África al sur del Sahara, desde Irak y Afganistán hasta la antigua Yugoslavia. No, la Unión Europea nunca ha sido una fuerza de paz.
4. Geo-estrategia y economía de guerra
Según Ursula Von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea, la Unión Europea debe convertirse en un importante “actor geopolítico”, y el caos y la crisis exigen que la Unión “aprenda a hablar el lenguaje del poder”.
“Aprender a hablar el lenguaje del poder”, como si las potencias europeas nunca lo hubieran hecho antes. Von der Leyen dijo esto en unasesión plenaria del Parlamento Europeo, en noviembre de 2019. Eso es fue más de dos años antes de la invasión rusa a Ucrania.
Desde la guerra en Ucrania, 'geopolítica' es la palabra de moda en la Unión Europea, y 'economía de guerra' el lema del día.
Las palabras del presidente europeo Charles Michel habla en la conferencia anual de la Agencia Europea de Defensa (EDA) en noviembre de 2023 no pudieron ser más honestas. Cito: "Hemos roto innumerables tabúes desde que Rusia invadió Ucrania. Hemos hecho lo que unas semanas antes hubiera sido impensable: adquirir conjuntamente equipamiento militar, usar el presupuesto de la UE para apoyar el aumento de nuestra producción militar y financiar conjuntamente investigación y desarrollo en el ámbito de la defensa."3 Fin de la cita del presidente europeo. Hemos utilizado el polvo de la guerra en Rusia para romper todos los tabúes.
Los estados miembros europeos están gastando actualmente 326 mil millones de euros en armamento, lo que equivale a aproximadamente el 1,9 por ciento del producto interiorbruto. Hace diez años era de 147 mil millones. Una duplicación en menos de diez años. Eso no es suficiente, asegura comisario europeo de Defensa, el ex primer ministro lituano Andrius Kubilius. El Comisario Kubilius quiere que la industria de defensa se amplíe aún más con préstamos favorables del Banco Central Europeo (BCE) y fondos estatales. Cuando se trata de financiar la máquina de guerra, no falta creatividad.
¿Por qué los hospitales en Europa no reciben préstamos favorables del Banco Central Europeo? ¿Por qué las escuelas en Europa no reciben apoyo de instrumentos fuera del presupuesto como el Instrumento Europeo para la Paz? El anterior ministro de exteriores europeo, Josep Borrell, da la respuesta: “Prefiero la mantequilla a los cañones, pero sin cañones adecuados pronto nos quedaremos también sin mantequilla”.4
Más cañones, esa es la 'geoestrategia' reinventada de la Unión Europea. 'Geoestrategia' que se traduce en 'la primacía de la política exterior y de seguridad' a la que de ahora en adelante todos los demás dominios están subordinados.
El ministro de defensa alemán Boris Pistorius, del SPD, habla sin rodeos sobre la necesidad de volver a hacer que Alemania esté 'lista para la guerra', en contra de las 'generaciones mimadas por la paz' como si fuera un privilegio no merecido crecer y envejecer sin el terror de los bombardeos y el miedo a la guerra. A toda velocidad, toda la sociedad se militariza. Desde la publicidad de Rheinmetall en paradas de autobús y estadios de fútbol hasta mensajes de Bundeswehr en cajas de pizza. En algunos Länder alemanes, la ley establece que los soldados deben poder enseñar en las aulas y que las escuelas no pueden prohibirlo. El "día de los veteranos" anual ahora debe anclar el pensamiento militarista en la vida cotidiana.
La guerra también se prepara prácticamente. En el último ejercicio de la OTAN de 2024, Streadfast Defender, participan 90.000 tropas de 32 países "para demostrar que la OTAN es capaz de realizar y sostener operaciones complejas multidominio durante varios meses, a través de miles de kilómetros y en todas las condiciones, desde el extremo norte hasta Europa Central y del Este."5
"Por trágica que sea la guerra en Ucrania", escribe el periódico financiero alemán Handelsblatt en agosto de 2024, "la empresa de defensa Rheinmetall y su director ejecutivo Armin Papperger se han enriquecido con ella".6 Papperger es presentado como el chico de portada bajo el título "The Tank Man". No solo la amenaza rusa vende material militar, sino también la propia amenaza de Trump. “Lo mejor que le pudo pasar a Europa fue la elección de Trump”, explica el director ejecutivo de la empresa belga de defensa Syensqo.7 Mientras se atemoriza a la población con consejos para paquetes de supervivencia, los fabricantes de armas cuentan con creces sus ganancias.
5. Guerra contra la clase trabajadora
“En general, gastar más en defensa significa gastar menos en otras prioridades”, explica Mark Rutte a los miembros del Parlamento Europeo. El hombre que ha dejado a los Países Bajos en un caos político, entregado a los caprichos del payaso de extrema derecha Geert Wilders, ahora es secretario general de la OTAN. Y tinen una misión clara, porque quiere que todos los países gasten el 3,5 por ciento de toda su riqueza en la OTAN.
Rutte también sabe dónde debe buscarse ese dinero. Escucha: “En promedio, los países europeos gastan fácilmente hasta una cuarta parte de su ingreso nacional en pensiones, atención médica y seguridad social. Solo necesitamos una pequeña fracción de ese dinero para fortalecer la defensa”.8
Así es como va. El jefe de la OTAN va a contarles a los parlamentarios que el dinero de las pensiones, el dinero de la atención médica y el dinero de la seguridad social debería ir a la guerra. “Para hacerlo un poco tangible, la cantidad solicitada corresponde a aproximadamente una reducción del veinte por ciento de todas las pensiones”, explica un economista belga en la televisión pública.9
No solo las pensiones deben ceder. Todo, realmente todo se sacrifica para darel giro militar. La Unión Europea ha enterrado su ‘Green Deal’. Los 10 mil millones de euros previstos para el Fondo de Soberanía, la respuesta europea a la Inflation Reduction Act (IRA) de los Estados Unidos, se reducen a una mísera cifra de mil quinientos millones.
Alemania, como se escucha en Washington, debe convertirse en el centro para la guerra hacia el este, el país a través del cual se transportan tropas y material. Hoy, los instigadores de la guerra exigen que se restrinja el derecho de huelga en los ferrocarriles, y se eliminen los horarios fijos de trabajo de los trabajadores ferroviarios, los cuidadores y todos los servicios civiles que puedan estar involucrados en los esfuerzos militares.
No solo los derechos sindicales están bajo presión, también la libertad de expresión. Los belicistas se presentan como pacifistas y acusan a los activistas por la paz de ser una especie de quinta columna del ‘enemigo’. Ese mecanismo ya se utiliza hoy en varios países contra cualquiera que alce su voz frente al genocidio en Gaza y la complicidad criminal de los países que suministran las armas para ello.
Mientras tanto, incluso la propia economía se sacrifica en el altar de la guerra. Uno de los mayores actos de autodestrucción de las últimas tres décadas, - quizás el más grande – fue la desconexión de la industria alemana y europea del gas ruso. Una victoria monumental para Washington que podía así atar a Europa al carísimo y sucio gas de esquisto de los Estados Unidos. Una derrota autoimpuesta para los estados miembros europeos donde los precios del gas y la energía todavía son cuatro veces más caros que al otro lado del océano. Además, los grandes monopolios de alimentos, distribución y transporte han aprovechado el polvo de la guerra para aumentar sus precios, buscando márgenes de ganancia máximos. Los precios altísimos de los alimentos y la energía son el resultado.
Mientras los gobiernos anuncian un plan de ahorro tras otro, no hay límite para el gasto militar. Los 32 países de la OTAN ya gastan ocho veces más dinero en defensa que Rusia, pero sus listas de compras militares siguen siendo inagotables. Y sobre todo carísimo, como la compra de los aviones F-35 estadounidenses que atarían nuestro país al complejo militar-industrial de EE.UU. durante años. Un tanque cuesta unos pocos millones de euros. Un solo disparo del nuevo sistema de defensa Mells cuesta 100.000 euros.
Un sistema que gasta miles de millones de euros para saciar el hambre de la industria armamentística, mientras millones de personas hacen fila en bancos de alimentos, tienen que combinar dos o tres trabajos y no pueden pagar más el cuidado de sus padres o hijos, está podrido hasta el núcleo.
6. Con cada paso, la Unión se hunde más en el barro
Alguna vez se pensó que la Unión Europea se formaría de la misma manera que, digamos, Alemania se había convertido en un estado nación. Primero una unión aduanera, y luego lentamente, a través de conflictos y divergencias de intereses, hacia una unificación política. Pero los estados nación europeos nunca han logrado superar sus propias contradicciones internas. Los pasos hacia la integración se dan bajo presión externa, y mientras tanto reina el caos.
Hace seis años, en 2019, todavía prevalecía un cierto optimismo entre la clase dominante sobre las posibilidades de la Unión Europea y programas como el Green Deal. Hoy, la presidenta de la Comisión europea Von der Leyen intenta evitar la depresión colectiva, con un discurso motivacional y un acuerdo global sobre defensa. El eje este Alemania-Polonia-estados bálticos, mientras tanto, está completamente en línea con los Estados Unidos, y defiende una Unión que yace a los pies de Washington.
Casi ninguna economía de la zona euro crece más de un uno por ciento al año. El promedio es apenas del 0,2 por ciento. Teniendo en cuenta las amenaza de Trum de aumentar los aranceles de importación, eso también tendrá consecuencias para Europa y su economía. “La Unión Europea es muy, muy mala para nosotros”, dijo Trump durante su inauguración. “Vamos a penalizarlos en lo que respecta a aranceles de importación”.10
La mayor economía, Alemania, lleva dos años en recesión y se arrastra hacia las nuevas elecciones con la esperanza de que alguien pueda revivir la industria alemana. La segunda economía, Francia, está completamente estancada políticamente. Macron se ha encadenado a sí mismo a Le Pen con un gobierno minoritario. El gobierno holandés se arrastra a los caprichos de Geert Wilders. Italia, la tercera economía de Europa, está dirigida por Meloni, que quiere ser muy amiga de Donald Trump. Y también en Austria parece que la puerta a la extrema derecha del FPÖ está abierta.
Europa se ha atado cada vez más a las cadenas de la OTAN y Washington, y cuanto más lo hace, más le cuesta en terminos de liderazgos europeos . ¿Dónde están hoy los líderes europeos? ¿Dónde están hoy los líderes estatales? No están, y Europa no experimentará en breve ningún nuevo momento histórico a la De Gaulle.
Francia todavía se ve a sí misma como un estado P-5, un miembro permanente del Consejo de Seguridad con sus propias armas nucleares. Pero mientras tanto, el imperialismo francés ha mordido el polvo en el Sahel, París se enfrenta a la ira popular desde Martinica hasta Mayotte, y los franceses han fracasado en el acuerdo Aukus, en el que la entrega de submarinos nucleares a Australia finalmente se hizo al Reino Unido. Lo único que le queda a París es una reivindicación sobre el liderazgo de la política de defensa de la Unión Europea.
Pero también Rheinmetall y el élite alemán quieren presentarse como líderes del nuevo “poder geopolítico europeo”. Y por lo tanto, las diferencias entre Alemania y Francia siguen siendo grandes, tanto en términos de energía como de desarrollo militar. Sin una nueva integración más profunda, la Unión seguirá debilitándose o desmoronándose. Pero cada paso hacia una mayor integración da lugar a profundas contradicciones: sobre cómo establecer 'ingresos propios' o no, sobre si establecer o no Eurobonos para distribuir la deuda, sobre aranceles contra productos chinos, sobre la independencia del proyecto de defensa europeo, y así sucesivamente. Trump no dejará de jugar con los estados miembros de la Unión Europea, y Elon Musk ya ha comenzado con eso.
La Unión Europea lucha contra su desaparición, pero con cada nuevo paso se hunde más en el barro. Esta Unión es una unión de crisis y guerra, y no es ‘reformable’. Necesitamos una Europa totalmente diferente.
7. Movilizarse contra el militarismo y el chauvinismo
Sumergirnos un poco en el tiempo. A finales de julio de 1914, los líderes del poderoso movimiento cooperativo socialista en Bélgica se reunieron en la sala de fiestas de Vooruit en Gante, que acababa de ser inaugurada. El líder socialista Louis Bertrand se permitió interrumpir las discusiones del congreso cooperativo con el anuncio de que la guerra había estallado. Propuso al congreso adoptar una moción solicitando “que los pueblos se esforzaran por desviar el espectro de la guerra que destruiría las obras cooperativas.”11 La moción fue aprobada, y la discusión continuó sobre dividendos, jarabe y vinagre. Sobre el desastre de la guerra, que unos días después también afectaría a Bélgica, ni una palabra.
La anécdota dice mucho. El Partido Obrero Belga (POB), el entonces partido socialdemócrata en Bélgica, se había constituido como un fuerte partido de la clase trabajadora, con un gran poder sindical y la experiencia de tres grandes huelgas generales en su haber, posiblemente las primeras huelgas generales del mundo. El POB había ganado terreno entre la joven clase trabajadora a través de la cooperativa socialista Vooruit, centrada en la panadería donde se podía conseguir pan bueno y barato.
Finalmente, la preservación de las cooperativas se convirtió en el alfa y el omega del POB, y el inicio de la Primera Guerra Mundial incluso se vio bajo esa luz. Todo puede suceder, siempre y cuando nuestra cooperativa no sea destruida. No fue la cooperativa la que fue destruida, sino las vidas de innumerables hijos de trabajadores y campesinos que fueron molidos como si de una picadora de carne industrial se tratase. La Primera Guerra Mundial fue la estación final de millones de jóvenes que aún debían empezar con sus vidas.
Durante la poderosa huelga general de marzo de 1913, cuando más de 400,000 huelguistas salieron a las calles, casi no se dijo nada sobre el chauvinismo y el militarismo, y sobre la amenaza de una guerra inminente.
Sin embargo, esa cuestión estaba en la agenda de casi todos los congresos de la Segunda Internacional, donde el POB estaba representado. Allí se acordó movilizar a la población contra el militarismo, el chauvinismo y la guerra. La guerra mundial que viene será imperialista, afirmaron los delegados de la Segunda Internacional, se trata de la división del mundo, se trata de conquista y colonias, donde los trabajadores y campesinos comunes pagarán el precio. Pero la dirección del POB se había identificado tanto con el estado belga que votó sin reservas por los créditos de guerra.
¿De qué sirve ser el mejor partido sobre reembolsos, jarabe y vinagre; si luego todo es arrasado por una guerra devastadora?
La primera respuesta es: sirve. Un partido de la clase trabajadora debe ser el mejor representante para la sal y el aceite de la clase trabajadora, y como tal también debe ser reconocido por la clase trabajadora por ello. Ya se trate de pensiones o salarios, de condiciones laborales o de vida, de vivienda o precios de energía, de guarderías o cuidado de ancianos, el partido de la clase trabajadora debe estar involucrado en la política de clases.
Y eso significa: hacer encuestas, escuchar, recopilar propuestas, tomar acción y cambiar cosas junto con la gente. Y eso año tras año, con lluvia y viento. Ese es el trabajo esencial, y ese trabajo no se puede omitir. Tampoco se puede reemplazar por todo tipo de ‘declaraciones’ sobre la clase trabajadora, o ‘resoluciones’ aquí o allá. Tienes que hacerlo. Es la base, pero no es suficiente.
8. Socialismo en lugar de guerra
Hay una furia, 'una rabia' entre la clase trabajadora, tanto en Europa como en los Estados Unidos. La gente está enojada, no se siente escuchada, ni vista, ni representada, y tiene razón. No debemos tener miedo al polvo que vuela, ni a las opiniones que giran en un torbellino en todas las direcciones porque la gente no ha recibido ningún marco de análisis al que aferrarse.
Los marxistas no deben temer a los tiempos turbulentos que se avecinan, sino ver la voluntad de cambio radical y aprovecharla. Las fuerzas que mejor se hayan preparado para los tiempos de conmoción serán las más capaces de dar dirección a esos choques. Eso es lo que Naomi Klein nos enseñó en su Doctrina del shock, y tiene razón.
No somos espectadores de lo que está sucediendo, sino que estamos en medio de un pedazo de historia y debemos ser un motor para inclinar los choques hacia el lado correcto.
Creo que debemos desarrollar un proyecto con una visión a largo plazo, y no solo mirar el próximo mes o el próximo año. Un proyecto para construir partidos de trabajadores y trabajadoras para luchar por el socialismo, un proyecto que irradie confianza en sí mismo. Construir un partido toma tiempo, mucho esfuerzo, disciplina, y el arte de la estrategia y la táctica. Pero es posible si somos pacientes y capaces de dar confianza a las trabajadoras y trabajadores en el partido, si trabajamos en la educación y la unificación, y si nos atrevemos a hablar desde la fuerza de nuestra convicción.
Llevar a cabo la lucha socioeconómica es un asunto. Sin embargo, no es suficiente. Es igualmente importante politizar esa lucha y hacer que las personas sean conscientes del marco en el que vivimos. La contradicción entre trabajo y capital es una contradicción sistémica, una contradicción del propio capitalismo. En su búsqueda de la máxima ganancia, el capitalismo lleva a colisiones y crisis, y a la guerra.
El deterioro climático, la crisis alimentaria, las aplastantes crisis de deuda, las guerras económicas y militares, la explotación y los desequilibrios globales sacuden nuestro planeta. El capitalismo no puede ofrecer una salida a los grandes desafíos que nos esperan. Sólo el socialismo puede.
La gente quiere ser parte de la ola de la historia. Más aún: la gente quiere y puede crear esas olas por sí misma. No para mover una coma, sino para cambiar el mundo. Se trata de irradiar eso. La izquierda debe querer luchar para ganar, y realmente querer ganar. Nadie se une a los perdedores.
El proyecto social de los Trumpistas, Bolsonaristas, Voxianos u otros AfD no tiene nada que ofrecer a la clase trabajadora. Es un proyecto de divide y vencerás, un proyecto de odio y racismo, un proyecto de militarización y autoritarismo, hecho a medida para la clase dominante. ¿Por qué deberíamos dejar a la clase trabajadora en manos de los flautistas de Hamelín de extrema derecha? La clase trabajadora es nuestra clase; es ahí donde debemos estar, trabajar y organizar, concienciar y movilizar, caer y levantarnos de nuevo. Nuestro modelo de sociedad es el de la emancipación del trabajo, es la única respuesta positiva que puede dar un giro positivo a la furia de la clase trabajadora.
Todo depende de nosotros. De nuestra capacidad para aprovechar las nuevas oportunidades. De nuestra confianza en la capacidad de las personas para movilizarse, organizarse y buscar una perspectiva socialista.
Les agradezco su atención, gracias
--
Peter Mertens es secretario general del PVDA-PTB,
y miembro del parlamento federal en Bélgica
1 Peter Mertens, De klassensamenwerking tijdens en na de Tweede Wereldoorlog: de Belgische vakverenigingen in internationale context. Universiteit Gent, 1993, blz. 21-24
2 Kwame Nkrumah. Neo-Colonialism: The Last Stage of Imperialism. New York, International Publishers, 1965, p. 19
3 “A European Defence for our Geopolitical Union” : speech by President Charles Michel at the EDA annual conference. European Concil, 30 Noviembre de 2020. https://www.consilium.europa.eu/en/press/press-releases/2023/11/30/a-european-defence-for-our-geopolitical-union-speech-by-president-charles-michel-at-the-eda-annual-conference/
4 Borrell: to secure peace, the EU to be ready to defend itself, Defense Industry Europe, 4 DE FEBRERO DE 2024. https://defence-industry.eu/borrell-to-secure-peace-the-eu-to-be-ready-to-defend-itself/
5 Liz Payne, Peace on Earth rings hollow this year. The Morning Star, 24 de diciembre de 2024. https://morningstaronline.co.uk/article/peace-on-earth-rings-hollow-this-year
6 Martin Murphy, Roman Tyborski, Dieser Mann wil den Umsatz von Rheinmetall vervierfachen. Handelsblatt, 22 de agosto de 2024. https://www.handelsblatt.com/unternehmen/industrie/ruestung-dieser-mann-will-den-umsatz-von-rheinmetall-vervierfachen/100061438.html
7 Pascal Dendooven, De vele veldslagen van de Europese defensiesector. De Standaard, 24 enero de 2023. p. 18
8 YouTube, LIVE: NATO Secretary General Mark Rutte speaks at European Parliament, 13 enero de 2025. https://www.youtube.com/watch?v=UAR5hi-ChyA
9 Gert Peersman en Terzake, Meer investeren in defensie en minder in sociale zekerheid?, 15 januari 2025. https://www.vrt.be/vrtmax/a-z/terzake/2025/terzake-d20250115/
10 Reuters, Trump delivers fresh tariff threats against EU and China, 22 enero 2025. https://www.reuters.com/world/trump-says-he-is-discussing-10-tariff-china-feb-1-2025-01-21/
11 Leo Michielsen. Geschiedenis van de Europese arbeidersbeweging. Deel I: tot 1914. Gante, Masereelfonds, 1980, pág. 234.