Motín en el Sur y en el Norte

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texto :

Estimados Presidentes, Ministros de Asuntos Exteriores, diputados, panelistas, amigos y camaradas, en esta Cumbre de los Pueblos en el Parlamento Europeo,

La historia se mueve en oleadas, y creo que es importante comprender el movimiento de la historia. La era unipolar dominada por los Estados Unidos está llegando a su fin.

El futuro pertenece a las relaciones multilaterales entre países y pueblos, basadas en el respeto mutuo y la reciprocidad, sin interferencias políticas o militares externas. En este marco, muchas personas se han comprometido en los últimos días a desarrollar relaciones duraderas entre América Latina, el Caribe y Europa.

Como todos sabemos, mientras la historia sigue avanzando, algunos se aferran desesperadamente a las certezas del viejo mundo que se derrumba. Para algunas fuerzas europeas, el respeto y la reciprocidad siguen siendo conceptos difíciles.

Un alto diplomático de la UE declaró a Euronews la semana pasada: "Parece que los gobiernos latinoamericanos y caribeños quieren ser vistos como socios en pie de igualdad".

"Parece" que quieren ser vistos como "socios iguales". Es esta actitud neocolonial la que todavía ronda las mentes de las viejas potencias. Varios diplomáticos, jefes de Estado y fuerzas de Europa no vieron, o no quisieron ver, los cambios en el orden mundial desde el cambio de siglo.

No vieron cómo la guerra ilegal de Irak en 2003 minó definitivamente la credibilidad de Estados Unidos como supuesto líder del mundo. Este fue el primer punto de ruptura, seguido de las intervenciones ilegales en Libia y Afganistán.

No vieron cómo la crisis financiera de 2008 socavó la credibilidad de las instituciones financieras occidentales, y con razón. Fue un segundo punto de inflexión.

No vieron cómo, al otro lado del mundo, se crearon los BRICS -la cooperación entre Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- en respuesta a esta crisis financiera mundial.

No han visto cómo el resto del mundo está reaccionando a la guerra de Ucrania de forma diferente a Occidente. Y no me refiero a la condena de la invasión de Rusia, una violación del derecho internacional, una violación de la soberanía de Ucrania. En el Sur global, todos sabemos lo importante que es la soberanía.

No vieron, y mucho menos entendieron, por qué tantos países se negaron a votar a favor de las sanciones. Este es un tercer momento de ruptura. Sanciones económicas, un embargo, el cierre del sistema interbancario SWIFT y la congelación de las reservas de los bancos centrales. Todo el mundo sabe que todas estas sanciones pueden utilizarse mañana contra otros países, y que de hecho se han utilizado durante años contra varios países -piénsese en el criminal embargo y bloqueo contra Cuba.

Con estos tres momentos de ruptura -la guerra de Irak en 2003, la crisis financiera de 2008 y la guerra de Ucrania en 2022- nuestro mundo ha cambiado radicalmente.

Recientemente, Fiona Hill, antigua asesora del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, declaró que el voto de los países del Sur contra las sanciones a Rusia no era más que un "motín". ¡Motín!

Lo llaman motín cuando los países y los pueblos quieren decidir por sí mismos sobre sus propios recursos, ya sea litio o cobalto, y apropiarse del derecho a procesar estos recursos.

Llaman motín cuando los países y los pueblos se niegan a elegir bando en una guerra comercial y en una nueva guerra fría que se les impone desde Washington.

Lo llaman motín cuando la era unipolar de Estados Unidos llega a su fin.

Aplaudamos este motín, porque va por el buen camino de la historia.

También hay motín en Europa. La gente sufre el aumento de la inflación y la pobreza, la erosión del derecho laboral y leyes cada vez más represivas. La lucha de clases en Europa fluye y refluye como las olas del mar. Pero está ahí, y lucha contra el mismo orden mundial, los mismos monopolios, el mismo sistema de explotación.

Si conseguimos unir el motín del Norte con el motín del Sur, y viceversa, podremos inclinar el mundo en la dirección democrática, social y ecológica que necesita este planeta.

Viva el respeto, la amistad y la solidaridad entre los pueblos. ¡Viva el motín!

Muchas gracias.

Peter Mertens , secrétaire général du PTB