El Congo: una guerra sucia por los minerales de sangre amenaza con arrasar la región

Análisis
Author
Por Jonathan Lefèvre y Tony Busselen
PTB.BE

El este del Congo es el dramático escenario de una guerra que se ha cobrado 6 millones de vidas en los últimos 27 años. En la actualidad, es la ciudad de Goma -una de las más grandes del Congo- la que puede caer en manos de Ruanda a través de la milicia armada M23 y del ejército regular ruandés, ambos presentes en suelo congoleño. A continuación, los entresijos de una invasión que amenaza a millones de personas. [A continuación encontrará un vídeo explicativo de nuestro eurodiputado Marc Botenga en francés].

Demonstration against the invasion of Rwandan forces in eastern Congo in Bukavu.

 

En la película de Hollywood "Diamante de sangre", vemos cómo Leonardo Di Caprio, despreciando toda vida humana, juega con las rivalidades entre las distintas milicias armadas que controlan Sierra Leona, para obtener ganancias de su negocio de diamantes. Todo ello con la aprobación de Occidente, que obtiene pingües beneficios de esos "diamantes de sangre" a los que se refiere el título. ¿Lo que está ocurriendo en el este del Congo es una secuela de la película? No, pero la trama es muy parecida. Sinopsis.


Desde principios de año, los acontecimientos se han acelerado en la región de Nord-Kivu, al este de la República Democrática del Congo (RDC), una región rica en minerales. Desde 2009, casi todos los informes de los expertos de la ONU repiten que, además de la milicia armada M23 -apoyada y financiada por Ruanda-, hay un ejército regular ruandés en suelo congoleño. Una violación territorial de la soberanía de la RDC que amenaza a la población local que es víctima de masacres regulares desde hace casi tres décadas. Se calcula que 7 millones de congoleños han tenido que huir de sus tierras en esta región.

 

Desde el viernes aún se están contando los muertos en Goma, del lado congoleño. Un mórbido balance que crece por días y que también afecta a Ruanda. Todo esto no augura nada bueno, una escalada podría desembocar en una guerra abierta entre dos países y arrasar toda la región.


Para evitarlo, los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU condenaron "el actual desprecio descarado hacia la soberanía y la integridad territorial de la RD del Congo, incluida la presencia no autorizada de fuerzas externas en el este". El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, pidió a las Fuerzas de Defensa ruandesas que dejasen de apoyar al M23 y se retirasen del territorio de la RD del Congo.

 

De momento los combates en Goma y sus alrededores, así como en Rubavu -justo al otro lado de la frontera con Ruanda-, siguen causando estragos. Pero, ¿cuáles son las causas?

 

Ruanda, primer exportador mundial de minerales... congoleños


Radio France resume una de las casuas, quizá la más importante: "Ruanda, que no tiene ni una sola mina de coltán o tantalio, se ha convertido en pocos años en el 1er y 3er exportador mundial de estos "minerales de sangre" respectivamente. Así pues, un tercio del coltán mundial pasa por Ruanda, evitando la RDC. Hablando en plata, Ruanda se está comportando como una potencia colonial a la antigua usanza.

Erik Kenes, principal investigador del programa África del Instituto Egmont (Real Instituto de Relaciones Internacionales) explica en una entrevista a La Libre Belgique: "Según cifrasdel Banco Central de Ruanda, el oro representa un tercio de los ingresos por exportación de Ruanda, mucho más que el coltán. Sin embargo, según los expertos, Kigali sólo produce 3 kg de oro en su territorio.

 

Como en la película mencionada al principio, el corazón de esta guerra sucia se encuentra en el suelo. El coltán es un mineral utilizado para producir tantalio, un metal estratégico necesario en el sector de la electrónica, así como para las aleaciones en los aviones, cohetes y misiles. Entre el 60% y el 80% de las reservas de coltán se encuentran en la región congoleña de Kivu. Un informe del Consejo de Seguridad de la ONU del pasado diciembre prueba que el coltán congoleño está siendo sustraido por dos empresas ruandesas. La decisión del M23 de finales de abril del 2024, que fue la de lanzar un ataque y tomar el control de la mina de Rubaya en Nord-Kivu -una mina de la que se extrae el 15% del tantalio mundial-, estuvo motivada principalmente por la necesidad estratégica de monopolizar la única ruta viable para la evacuación de los minerales. Desde abril del año pasado, al menos 150 toneladas de coltán han sido exportadas fraudulentamente desde Rubaya hacia Ruanda.

 

¿Hacia un control ruandés del este del Congo?


¿Es ésta la única razón? No según Erik Kennes, entrevistado por Le Soir este 24 de enero: "Muchos elementos nos invitan a creer -y el último informe de los expertos de la ONU va en esta línea- que el objetivo de Ruanda es hacerse con el control del este del Congo."


Al mismo tiempo, el investigador denuncia los falsos argumentos esgrimidos por el régimen ruandés para "justificar" su implicación en la región. Y especialmente el de la supuesta amenaza de rebeldes de las FDLR, que forman parte de los genocidas hutus de 1994: "Los rebeldes de las FDLR no han cometido ningún atentado en Ruanda desde hace más de 20 años, y se calcula que actualmente cuentan con 300 miembros. Esta amenaza ya no representa gran cosa. El problema de seguridad para Ruanda es la profundidad de su repliegue estratégico. Sólo hay 150 kilómetros entre la frontera congoleña y Kigali, lo que significa que un ataque armado podría llegar rápidamente a la capital. Sin embargo, no hay pruebas de que esto pueda ocurrir. La única amenaza de peso para el gobierno ruandés podrían ser las fuerzas de la oposición al régimen, que podrían influir en la población para ejercer presión. Pero esto no justifica en absoluto las operaciones que se están llevando a cabo en el este de la RDC.

 

Europa lo condena... pero colabora


Como hemos visto, la ONU ha reaccionado señalando claramente a Ruanda durante los últimos días. El ministro belga de Asuntos Exteriores, el liberal Bernard Quintin, también se vio obligado a reaccionar el lunes 27 de enero: "La toma de Goma es una violación adicional e inaceptable de la integridad territorial de la RDC y del alto el fuego de Luanda. No han bastado las palabras. Debemos actuar para que el derecho internacional sea respetado y preservado."

 

Su homólogo francés fue en la misma dirección: "El M23 debe retirarse del territorio de la RDC y cesar las ofensivas que amenazan la vida de los civiles y de los cascos azules", declaró Jean-Noël Barrot el mismo día.

 

Estas palabras son un paso en la buena dirección, pero resultan insuficientes si no van acompañadas de actos. Actos que están teñidos de hipocresía si nos fijamos en los últimos acontecimientos. Europa, por ejemplo, ha pagado 20 millones de euros a Ruanda para que pudiera desplegarse en Mozambique, sin embargo "oficialmente" lucha contra el yihadismo que asola el norte del país. Y aún se está debatiendo otro pago de 20 millones. Y Francia ha votado a favor. ¿Por una cuestión de humanidad? Por interés, más bien: su gigante TotalEnergies ha invertido 20.000 millones de dólares en la producción y exportación de gas natural en la región... "¿Cómo se puede aceptar que Ruanda matara ayer a 9 soldados de la ONU en Goma y que este mismo país sea al mismo tiempo uno de los mayores contribuyentes a las misiones de paz de la ONU?", declaró la embajadora congoleña en la reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad celebrada este domingo 26 de enero. Exigió -con razón- la retirada inmediata de las tropas ruandesas y el cese de las hostilidades, así como el embargo de los recursos naturales congoleños que se han estado presentando como ruandeses. También exigió la revocación de Ruanda como contribuyente de tropas a las Naciones Unidas, sin olvidar la total transparencia en la transferencia de armas a Ruanda.

 

Acuerdo entre la Unión Europea y Ruanda para saquear los recursos


En términos generales, la hipocresía europea se cristaliza en el "protocolo de acuerdo sobre las cadenas de valor sostenibles para las materias primas" firmado hace un año por la Unión Europea (UE) y Ruanda. Cuando la UE instó al M23 a "detener su avance" en el Congo, el eurodiputado del PTB Marc Botenga preguntó: "¿De qué sirven estas palabras cuando la Unión Europea se niega a suspender el protocolo sobre minerales estratégicos que firmó con Ruanda hace un año? ¿De qué sirve esta retórica cuando la Unión Europea sigue financiando al ejército ruandés?" Marc Botenga prosigue: "Europa sigue apoyando activamente a Ruanda. No sólo a través de la cooperación militar, sino también mediante un acuerdo privilegiado con Ruanda en relación a las materias primas. Así pues, las políticas europeas apoyan activamente la desestabilización y el saqueo de la República Democrática del Congo. Europa debe detener su injerencia y permitir que emerjan las dinámicas congoleñas y africanas.

 

En Ucrania, la Unión Europea dice defender el derecho internacional y la soberanía. Entonces, ¿por qué apoya la violación de la soberanía congoleña? La doble vara de medir. ¿Es porque las multinacionales occidentales se benefician del expolio de las riquezas del Congo?"

 

Hace unos días, el PTB intentó que se suspendiera este acuerdo en el Parlamento Europeo. Por desgracia, la mayoría de los diputados, desde la derecha hasta los socialistas, se opusieron. La conclusión del diputado de izquierdas es la siguiente: "Pero seguimos luchando. Hay que detener la guerra y la destrucciónEn la película de Hollywood "Diamante de sangre", vemos cómo Leonardo Di Caprio, despreciando toda vida humana, juega con las rivalidades entre las distintas milicias armadas que controlan Sierra Leona, para obtener ganancias de su negocio de diamantes. Todo ello con la aprobación de Occidente, que obtiene pingües beneficios de esos "diamantes de sangre" a los que se refiere el título. ¿Lo que está ocurriendo en el este del Congo es una secuela de la película? No, pero la trama es muy parecida. Sinopsis.


Desde principios de año, los acontecimientos se han acelerado en la región de Nord-Kivu, al este de la República Democrática del Congo (RDC), una región rica en minerales. Desde 2009, casi todos los informes de los expertos de la ONU repiten que, además de la milicia armada M23 -apoyada y financiada por Ruanda-, hay un ejército regular ruandés en suelo congoleño. Una violación territorial de la soberanía de la RDC que amenaza a la población local que es víctima de masacres regulares desde hace casi tres décadas. Se calcula que 7 millones de congoleños han tenido que huir de sus tierras en esta región.


Desde el viernes aún se están contando los muertos en Goma, del lado congoleño. Un mórbido balance que crece por días y que también afecta a Ruanda. Todo esto no augura nada bueno, una escalada podría desembocar en una guerra abierta entre dos países y arrasar toda la región.

 

Para evitarlo, los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU condenaron "el actual desprecio descarado hacia la soberanía y la integridad territorial de la RD del Congo, incluida la presencia no autorizada de fuerzas externas en el este". El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, pidió a las Fuerzas de Defensa ruandesas que dejasen de apoyar al M23 y se retirasen del territorio de la RD del Congo.


De momento los combates en Goma y sus alrededores, así como en Rubavu -justo al otro lado de la frontera con Ruanda-, siguen causando estragos. Pero, ¿cuáles son las causas?

 

Ruanda, primer exportador mundial de minerales... congoleños

 

Radio France resume una de las casuas, quizá la más importante: "Ruanda, que no tiene ni una sola mina de coltán o tantalio, se ha convertido en pocos años en el 1er y 3er exportador mundial de estos "minerales de sangre" respectivamente. Así pues, un tercio del coltán mundial pasa por Ruanda, evitando la RDC. Hablando en plata, Ruanda se está comportando como una potencia colonial a la antigua usanza.

Erik Kenes, principal investigador del programa África del Instituto Egmont (Real Instituto de Relaciones Internacionales) explica en una entrevista a La Libre Belgique: "Según cifrasdel Banco Central de Ruanda, el oro representa un tercio de los ingresos por exportación de Ruanda, mucho más que el coltán. Sin embargo, según los expertos, Kigali sólo produce 3 kg de oro en su territorio.

 

Como en la película mencionada al principio, el corazón de esta guerra sucia se encuentra en el suelo. El coltán es un mineral utilizado para producir tantalio, un metal estratégico necesario en el sector de la electrónica, así como para las aleaciones en los aviones, cohetes y misiles. Entre el 60% y el 80% de las reservas de coltán se encuentran en la región congoleña de Kivu. Un informe del Consejo de Seguridad de la ONU del pasado diciembre prueba que el coltán congoleño está siendo sustraido por dos empresas ruandesas. La decisión del M23 de finales de abril del 2024, que fue la de lanzar un ataque y tomar el control de la mina de Rubaya en Nord-Kivu -una mina de la que se extrae el 15% del tantalio mundial-, estuvo motivada principalmente por la necesidad estratégica de monopolizar la única ruta viable para la evacuación de los minerales. Desde abril del año pasado, al menos 150 toneladas de coltán han sido exportadas fraudulentamente desde Rubaya hacia Ruanda.

 

¿Hacia un control ruandés del este del Congo?


¿Es ésta la única razón? No según Erik Kennes, entrevistado por Le Soir este 24 de enero: "Muchos elementos nos invitan a creer -y el último informe de los expertos de la ONU va en esta línea- que el objetivo de Ruanda es hacerse con el control del este del Congo."

 

Al mismo tiempo, el investigador denuncia los falsos argumentos esgrimidos por el régimen ruandés para "justificar" su implicación en la región. Y especialmente el de la supuesta amenaza de rebeldes de las FDLR, que forman parte de los genocidas hutus de 1994: "Los rebeldes de las FDLR no han cometido ningún atentado en Ruanda desde hace más de 20 años, y se calcula que actualmente cuentan con 300 miembros. Esta amenaza ya no representa gran cosa. El problema de seguridad para Ruanda es la profundidad de su repliegue estratégico. Sólo hay 150 kilómetros entre la frontera congoleña y Kigali, lo que significa que un ataque armado podría llegar rápidamente a la capital. Sin embargo, no hay pruebas de que esto pueda ocurrir. La única amenaza de peso para el gobierno ruandés podrían ser las fuerzas de la oposición al régimen, que podrían influir en la población para ejercer presión. Pero esto no justifica en absoluto las operaciones que se están llevando a cabo en el este de la RDC.

 

Europa lo condena... pero colabora


Como hemos visto, la ONU ha reaccionado señalando claramente a Ruanda durante los últimos días. El ministro belga de Asuntos Exteriores, el liberal Bernard Quintin, también se vio obligado a reaccionar el lunes 27 de enero: "La toma de Goma es una violación adicional e inaceptable de la integridad territorial de la RDC y del alto el fuego de Luanda. No han bastado las palabras. Debemos actuar para que el derecho internacional sea respetado y preservado."

 

Su homólogo francés fue en la misma dirección: "El M23 debe retirarse del territorio de la RDC y cesar las ofensivas que amenazan la vida de los civiles y de los cascos azules", declaró Jean-Noël Barrot el mismo día.

 

Estas palabras son un paso en la buena dirección, pero resultan insuficientes si no van acompañadas de actos. Actos que están teñidos de hipocresía si nos fijamos en los últimos acontecimientos. Europa, por ejemplo, ha pagado 20 millones de euros a Ruanda para que pudiera desplegarse en Mozambique, sin embargo "oficialmente" lucha contra el yihadismo que asola el norte del país. Y aún se está debatiendo otro pago de 20 millones. Y Francia ha votado a favor. ¿Por una cuestión de humanidad? Por interés, más bien: su gigante TotalEnergies ha invertido 20.000 millones de dólares en la producción y exportación de gas natural en la región... "¿Cómo se puede aceptar que Ruanda matara ayer a 9 soldados de la ONU en Goma y que este mismo país sea al mismo tiempo uno de los mayores contribuyentes a las misiones de paz de la ONU?", declaró la embajadora congoleña en la reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad celebrada este domingo 26 de enero. Exigió -con razón- la retirada inmediata de las tropas ruandesas y el cese de las hostilidades, así como el embargo de los recursos naturales congoleños que se han estado presentando como ruandeses. También exigió la revocación de Ruanda como contribuyente de tropas a las Naciones Unidas, sin olvidar la total transparencia en la transferencia de armas a Ruanda.

 

Acuerdo entre la Unión Europea y Ruanda para saquear los recursos

 

En términos generales, la hipocresía europea se cristaliza en el "protocolo de acuerdo sobre las cadenas de valor sostenibles para las materias primas" firmado hace un año por la Unión Europea (UE) y Ruanda. Cuando la UE instó al M23 a "detener su avance" en el Congo, el eurodiputado del PTB Marc Botenga preguntó: "¿De qué sirven estas palabras cuando la Unión Europea se niega a suspender el protocolo sobre minerales estratégicos que firmó con Ruanda hace un año? ¿De qué sirve esta retórica cuando la Unión Europea sigue financiando al ejército ruandés?" Marc Botenga prosigue: "Europa sigue apoyando activamente a Ruanda. No sólo a través de la cooperación militar, sino también mediante un acuerdo privilegiado con Ruanda en relación a las materias primas. Así pues, las políticas europeas apoyan activamente la desestabilización y el saqueo de la República Democrática del Congo. Europa debe detener su injerencia y permitir que emerjan las dinámicas congoleñas y africanas.


En Ucrania, la Unión Europea dice defender el derecho internacional y la soberanía. Entonces, ¿por qué apoya la violación de la soberanía congoleña? La doble vara de medir. ¿Es porque las multinacionales occidentales se benefician del expolio de las riquezas del Congo?"

 

Hace unos días, el PTB intentó que se suspendiera este acuerdo en el Parlamento Europeo. Por desgracia, la mayoría de los diputados, desde la derecha hasta los socialistas, se opusieron. La conclusión del diputado de izquierdas es la siguiente: "Pero seguimos luchando. Hay que detener la guerra y la destrucción."

 

"Sería fácil poner fin a los problemas causados por Ruanda en la RDC".

 

Porque es urgente poner fin a la guerra de agresión llevada a cabo por Ruanda. Y es posible. Este domingo 26 de enero, el profesor universitario estadounidense Jason Stearns, autor del libro "La guerra que no dice su nombre: el conflicto interminable en el Congo", escribió en el prestigioso diario financiero The Financial Times : "Los líderes occidentales podrían marcar fácilmente la diferencia. El hecho de que no lo hayan hecho lleva a muchos congoleños a concluir que a nadie le importa.


 

En su artículo titulado "Sería fácil poner fin a los problemas causados por Ruanda en la RDC", el especialista explica: "Sería fácil actuar, porque el principal instigador del conflicto del M23 es el gobierno de Ruanda, un país que depende de la ayuda exterior. Según seis informes de un grupo de expertos de la ONU, Ruanda ha enviado miles de soldados a la frontera, desplegando misiles tierra-aire, francotiradores de élite, vehículos blindados y fuerzas especiales".


Él también denuncia la doble vara de medir que aplican los occidentales: "Esta vez parece que vivimos en un mundo donde denunciamos con indignación la agresión rusa en Ucrania, pero nos encogemos de hombros cuando millones de personas son desplazadas en África central."

 

África necesita paz, no guerra


Hoy los países occidentales señalan rápidamente a Ruanda como el único responsable. Pero los principales culpables de esta situación son, en primer lugar y antes que nadie, los Estados Unidos y, en segundo, Europa. Efectivamente, entre 1998 y 2009, los Estados Unidos apoyaron primero la guerra de agresión ruandesa, y después, cuando se vieron obligados a aceptar el fracaso de la balcanización en 2003, se negaron a aceptar la presencia de tropas ruandesas hasta el 2009.


Europa ayudó al ex presidente Joseph Kabila entre 2001 y 2006 a poner fin a aquella balcanización y después, cuando Occidente le tildó de ser demasiado "soberanista", decidió seguir a Estados Unidos en su política de desestabilización del este del Congo, así como de debilitamiento de la clase política congoleña para a su vez debilitar al Estado congoleño.


Desde 2009, los Estados Unidos y la Unión Europea han juzgado por igual al agresor y al agredido, diciendo que la RDC debería romper con las FDLR y Ruanda con el M23. Sin embargo, el peso militar de las FDLR no se puede comparar con el del M23. Hoy en día, el riesgo de una guerra regional en la que se vean envueltos países como Uganda, Burundi, Angola, Sudáfrica y otros, se ha convertido en una posibilidad real. Una vez más, los africanos corren el riesgo de matarse entre ellos por culpa de la hipocresía occidental y de las políticas dictadas en interés de las multinacionales. La mayoría de los países del Sur rechazan una nueva guerra y llaman a una negociación que permita al Estado congoleño conservar su soberanía y el control de su territorio.

 

Nuestro eurodiputado PVDA-PTB Marc Botenga, explica el papel de Europa en la guerra del Congo.

 

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