Discurso de Año Nuevo de Raoul Hedebouw, presidente del PTB
Queridos/as camaradas, queridos/as amigos/as:
Me gustaría empezar este discurso deseándoles lo mejor para 2023. Le deseo lo mejor a usted, a su familia, a sus hijos, a sus compañeros y a sus amigos. Esto es lo más importante. Son tiempos difíciles. Y todos hacemos lo que podemos.
Cuando digo que corren tiempos difíciles, depende de quién se trate. Para algunas personas, los tiempos no son nada difíciles. De hecho, son muy fáciles. El dinero fluye. El año pasado, los grandes accionistas de todo el mundo recibieron 550.000 millones de dólares. También en Bélgica se batieron récords.
Los tiempos también son fáciles para los accionistas de Engie-Electrabel [gran multinacional de la energía], que casi duplicaron sus beneficios el año pasado. Mientras la gente no sabe ni cómo hacer para poder pagar las facturas, los "especuladores de la crisis" se frotan las manos.
Como siempre en tiempos de crisis, sea económica, financiera, militar o política, nuestra sociedad se encuentra en un punto de inflexión. Se puede elegir entre dos grandes vías. O seguimos con las viejas recetas liberales que llevan 30 años empujándonos a la crisis. O nos atrevemos a proponer ideas nuevas. Los años 2023 y 2024 serán, por tanto, cruciales para nuestra sociedad [con, en 2024, elecciones europeas, federales, regionales y locales].
O bien optamos por una sociedad fría, donde los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres, y donde la lógica de la competencia arrastra a todo el mundo hacia abajo; o llevamos a nuestra sociedad hacia un lugar más cálido, hacia una mayor solidaridad. Un mundo en el que la ciencia esté al servicio de las personas y en el que el mercado no gobierne nuestras vidas. En resumen: o giramos a la derecha o giramos a la izquierda.
"Necesitamos más Zelzate y Borgerhout en Bélgica[1]»
De hecho, hay un señor en Bélgica que teme que nuestra sociedad dé un giro a la izquierda bajo la presión del PTB-PVDA. Al parecer, ya no puede dormir por las noches. Porque se siente obligado a lanzar burdos ataques contra nuestro partido en sus entrevistas de fin de año.
No, Bart De Wever [presidente del N-VA, partido nacionalista flamenco de derechas y alcalde de Amberes] no puede ignorar el hecho de que un verdadero partido de izquierdas como el PTB-PVDA esté creciendo en las tres regiones del país. Parece haber desarrollado tal obsesión por un pequeño municipio flamenco que duerme mal. Esta comunidad es Zelzate.
Lo que provoca pesadillas a Bart De Wever es que en Zelzate haya una coalición entre el PTB-PVDA y Vooruit [partido socialista flamenco]. Y que su política sea completamente distinta de la de su modelo de Amberes. En su ciudad, le pasa la factura de la crisis energética al ciudadano mediante bolsas de basura y servicios más caros entre otras cosas. Elimina las subvenciones a los jóvenes artistas, que más bien deberían encontrar un "trabajo de verdad". Disminuye el acceso de los ciudadanos a la administración local y reduce el presupuesto para animadores socioculturales. Mientras ahorra dinero a costa de los ciudadanos, se dedica a comer pastelitos con los grandes promotores inmobiliarios y los barones del puerto.
En Zelzate no hay una política de austeridad como en Amberes. En Zelzate no se quiere privatizar la sanidad como en Amberes. No. En Zelzate demostramos cada día que otra política es posible y realista. Las grandes multinacionales contribuyen más en función de su tamaño y superficie. Este dinero extra se traslada a los pequeños autónomos a través de una bajada de impuestos, así como al conjunto de la población mediante la supresión de la tasa medioambiental. El 22 de junio, el Consejo de Estado aprobó esta decisión, desestimando así el recurso que había presentado Voka, la organización patronal flamenca. Se trata de una importante victoria para quienes quieren luchar por un sistema fiscal justo que haga recaer las cargas más pesadas sobre los hombros más fuertes. En Zelzate ahorramos en privilegios para la clase política e invertimos en la lucha contra la pobreza.
Zelzate no es el único ejemplo. También está Borgerhout, la aldea de Astérix a orillas del Escaut que Bart De Wever conoce bien, pues se trata de un barrio de Amberes. En Borgerhout, la coalición progresista entre el PTB-PVDA, Vooruit (partido socialista flamenco) y Groen (partido verde flamenco), invierte en el tejido asociativo local y en la participación ciudadana. También ofrece ayudas a las asociaciones para pagar sus facturas de electricidad y que no tengan que aumentar las cuotas de afiliación. Mientras De Wever recorta las subvenciones a proyectos para jóvenes artistas en Amberes, Borgerhout las aumenta en un 25 %.
En Zelzate y Borgerhout, los Robin Hood de la política belga están activos. Y lo que Bart De Wever teme es que estos modelos políticos se conviertan en un producto de exportación popular por todo el país. Que en 2024 cada vez más personas vean nuestro partido y nuestra política como una cálida alternativa a la austera política de la N-VA.
Pues bien, queridos amigos y camaradas, Bart De Wever tiene motivos para tener miedo, ¡porque estamos ganando terreno! Día tras día, cada vez más y más personas en este país se unen al PTB para cambiar nuestra sociedad. No en vano hemos pasado de 8.500 a 24.000 afiliados en unos pocos años.
El debate de las elecciones de 2024 será en gran medida: El modelo de De Wever, frente al modelo progresista de Zelzate y Borgerhout. Por eso seguiremos construyendo con paciencia y decisión una política justa, en la que los trabajadores y las trabajadoras estén en el centro. Ha llegado el momento de atreverse a romper con el modelo neoliberal al que todos los partidos tradicionales tanto cariño le han cogido durante los últimos 30 años.
"Necesitamos un sistema sanitario público fuerte"
Hablemos de sanidad. En este sector se ha explotado a la gente hasta la saciedad. Cada vez tienen menos tiempo y el número de pacientes aumenta. El gobierno quiere contemplar el sector sanitario solamente desde el punto de vista de la productividad. Cifras, cifras y más cifras. Primero el rendimiento. Las instituciones sanitarias se convierten en empresas sanitarias. Los hospitales no se financian en función de las necesidades, sino en función del número de servicios prestados. Producir, producir y seguir produciendo. Nos iría mucho mejor implantando un modelo de financiación que tuviera en cuenta los resultados sanitarios locales y que revitalizara la atención primaria.
Necesitamos un sistema sanitario público fuerte. Por eso nos oponemos al decreto de privatización que el gobierno flamenco quiere imponer al sector. La sanidad no consiste en sacar beneficios, sino en atender a las personas. Y por eso el modelo de Amberes, donde la N-VA y la Vooruit gobiernan juntos, no debe convertirse en un producto de exportación en 2024. La mayoría gobernante de Amberes quiere privatizar el Zorgbedrijf, la empresa pública de asistencia sanitaria de Amberes, en contra de la voluntad del personal y de los sindicatos . La izquierda no va a fortalecerse yendo a la zaga de la derecha. Si hay una lección que la izquierda debería aprender de los años ochenta y noventa, es precisamente ésta.
Se nos dice que es que la gente ya no quiere trabajar en este sector, que los hospitales no consiguen contratar al personal necesario. ¿Pero de qué va esto, ministro Frank Vandenbroucke [ministro de Sanidad del partido socialista flamenco Vooruit] ? Escuche a la gente del sector ¿Qué dicen? Que no podrán trabajar hasta los 67 años; que no se les paga lo suficiente por trabajar de 6 de la mañana a 2 de la tarde, de 2 de la tarde a 10 de la noche y en horario nocturno; y que no ven ningún resultado de las promesas hechas por el gobierno durante la crisis del coronavirus. Las bonitas declaraciones sobre los "héroes" parecen haber caído en el olvido y ya se han hartado. Por eso saldrán a la calle el 31 de enero. Y por eso nuestro partido, el PTB, estará a su lado. Exigimos respeto para el personal y para los pacientes de todos los hospitales, centros asistenciales, residencias de ancianos y guarderías del país. Queremos una sociedad justa y humana, ¡no una sociedad basada en el beneficio de una ínfima minoría de la población!
"Cada día, los ministros tienen que reaccionar ante las propuestas del PTB"
Con el sector sanitario, buscaremos victorias. Y para eso necesitamos un partido de oposición fuerte, que pueda ganar en simbiosis con el movimiento social. Con la sociedad civil. Con los sindicatos. Juntos, con el pueblo.
Esto es lo que hemos estado haciendo durante años. ¿Qué otro partido de la oposición puede presumir de haber conseguido tanto como el PTB? Cada día, los ministros reaccionan a las propuestas del PTB y deben tenerlas en cuenta.
Miren estos últimos años.
¿Qué partido creó y obtuvo el "Fondo de la batas blancas"? El PTB. 1 000 millones de euros para el sector sanitario. Se trata de un primer paso al que deben seguir otros muchos, para reforzar este sector.
¿Qué partido ha exigido una reforma de las pensiones mínimas? El PTB. Con 170.000 firmas, pusimos esta reivindicación en el orden del día y en parte la ganamos.
Este mismo fin de semana, el partido francófono Ecolo se ha visto obligado a decir que quiere bajar los sueldos de ministros y diputados. De repente, tras años de participación en los gobiernos. ¿Adivinan bajo la presión de quién han sido posibles tales anuncios?
¿Qué partido fue el primero en decir que la energía no es un producto de lujo y que no debe estar sujeta al 21% de IVA? Ha sido gracias al PTB, que lleva desde 2007 haciendo campaña a favor de un IVA sobre la energía del 6 %, y gracias a las más de 300.000 personas que nos apoyaron, cómo se ha conseguido reducir el IVA.
¿Recuerdas que los liberales decían que era todo humo? ¿Cómo Paul Magnette [presidente del Partido Socialista francófono] y los Verdes decían que era una mala idea? Perseveramos y logramos esta victoria. Y ahora el gobierno está molesto: anunció su intención de recuperar el dinero mediante un aumento de los impuestos especiales. Pero realmente no se atreve a hacerlo. Hay divisiones. Incluso le costó el puesto a una Secretaria de Estado de Presupuestos. Pero nosotros lo decimos alto y claro: no vamos a dejar que retrocedan en lo que ya hemos conseguido. No permitiremos que el gobierno Vivaldi aumente los impuestos especiales.
¿Qué partido de la oposición puede presentar unos resultados así? Ninguno, excepto el PTB. Y no nos detendremos ahí. Lo que debe figurar ahora en el orden del día es una verdadera congelación de los precios. Podemos hacerlo, debemos hacerlo. Juntos lo conseguiremos.
"Es hora de introducir una auténtica congelación de precios"
¿Cómo es posible que una empresa como Engie produzca electricidad en Bélgica a 35 euros el megavatio/hora, pero nos la revenda a 200 euros el megavatio/hora? Es incomprensible. Hasta los años ochenta, el sector estaba regulado por el Estado. Después, llegaron los apóstoles neoliberales que intentaron convencernos de que la liberalización del sector haría bajar los precios. Que la mano invisible de Adam Smith funcionaría y garantizaría un mejor servicio a un precio más bajo.
Bueno, cuando hablo de apóstoles neoliberales... no fueron sólo los Georges-Louis Bouchez [presidente del MR, partido liberal francófono] del siglo pasado quienes defendieron esto. Todos los partidos, incluso los fascistas del Vlaams Belang, abogaron por la liberalización del sector. Sólo el PTB estaba en contra. Y miren lo que pasó. La liberalización sólo ha conducido a una cosa: las grandes empresas se han comido a las pequeñas y, tras más de 250 fusiones, tan solo siete multinacionales dominan el sector energético en Europa. ¡Siete! Nunca antes en la historia se había producido tal concentración del poder económico y político. Nunca.
Ha llegado el momento de introducir una auténtica congelación de los precios en el origen. Llamamos a este modelo "Cost-Plus". Se trata de calcular el precio en función del coste real de producción de la electricidad, añadirle un pequeño margen para el productor y cobrarle a este el precio de venta. Es bastante factible: no hay más que ver lo que se hace en Francia, donde los precios son dos o tres veces más baratos que aquí.
Es una cuestión de voluntad política por parte de los partidos gobernantes. Hemos presentado un proyecto de ley claro a este respecto y hemos lanzado una petición. En pocos meses ya hemos recogido 50.000 firmas y seguiremos hasta alcanzar las 100.000 firmas de aquí a junio. Tendemos la mano a todas las fuerzas políticas y sociales para librar juntos esta batalla.
Hemos bajado el IVA de la energía al 6 %, ahora obtendremos la congelación de los precios de la energía.
Para ello, debemos atrevernos a oponernos a las exigencias de Engie-Electrabel. ¿Qué contiene el acuerdo entre el Gobierno y Engie [acerca de la prórroga de la explotación de dos centrales nucleares]? Siempre es la misma historia. Para que paguen los ciudadanos, aplican el principio de que "quien contamina paga". Pero cuando se trata de Engie, este principio ya no existe. Es el "contaminador que no paga". La población belga lleva años pagando demasiado por la electricidad para financiar centrales nucleares. Pero el problema de la energía nuclear es que nadie puede decir cuánto cuesta procesar los residuos. No lo sabemos. Eso es lo que molesta a Engie, porque ahora que van a tener que pagar las grandes facturas, quieren deshacerse de los riesgos. ¿Y qué propone el gobierno? Que los riesgos corran de nuestra cuenta. Peor aún, hay propuestas que incluso pretenden hacernos pagar, mediante un nuevo impuesto especial, las inversiones adicionales que sean necesarias. ¡Otro impuesto más!
No, queridos camaradas, no se lo vamos a permitir. La situación se está volviendo insostenible para una gran parte de la clase trabajadora. Y pienso sobre todo en los jóvenes. Cada vez tienen más empleos flexibles. Ya no pueden comprar una casa porque no tienen contratos fijos. Tienen que trabajar por pequeños salarios que apenas les permiten llegar a fin de mes. Sin embargo, nuestros jóvenes son el futuro de la clase trabajadora. Tienen la energía y la esperanza de luchar por un mundo nuevo, y serán ellos quienes lo contruyan.
"La juventud es el futuro"
Los jóvenes se están comiendo las consecuencias de la crisis. Por eso debemos ser el partido de la esperanza. La esperanza nos hace vivir. La esperanza nos hace luchar. Mientras haya lucha, habrá esperanza. Los jóvenes tienen motivos para no aceptar la sociedad tal y como es. Sienten que algo falla dentro de una sociedad que sólo piensa en el beneficio. Las personas son lo primero, no los beneficios. Un principio que llega al corazón de amplios sectores de la juventud belga y del mundo entero. El planeta primero, no el beneficio. ¿Cuántas veces lo han coreado en las protestas contra el cambio climático?
Es esta juventud la que no acepta que se abandone a los inmigrantes a su suerte en nuestro país, teniendo que vivir en viviendas precarias e insalubres, cuando son víctimas de guerras y de miseria de las que no son responsables.
Son estos jóvenes los que están siempre en primera línea de la lucha por la paz y por el planeta. La paz se ve hoy amenazada por la guerra en Ucrania, pero también en otras partes del mundo. La guerra por dinero, para ampliar las esferas de influencia de las potencias imperialistas.
Es esta juventud la que ya no acepta que el racismo y la política del divide y vencerás de las fuerzas de derechas estén pudriendo nuestra sociedad.
La juventud es el futuro. Y esto es también lo que queremos poner en práctica en nuestro partido. Este es uno de los principales objetivos de nuestro Congreso de la Unidad. Queremos dar a los jóvenes el lugar que les corresponde en nuestro partido.
Queridos/as amigos/as y camaradas:
2023 será un año importante. Muchas personas acuden a nosotros con la esperanza de que conduzcamos a la sociedad en una dirección social y cálida. Haremos todo lo posible por hacer realidad sus esperanzas y expectativas.
Gracias a todos y a todas.
¡La lucha sigue!
[1] Zelzate y Borgorhout son dos municipios de Flandes en los que el PTB participa en la mayoría municipal y, por lo tanto, en el gobierno local.